Extraído del Diario Huelva Información, domingo 21 de julio de 2002
TOREROS SIN TORERÍA, NOVILLOS CON MUCHO CUAJO Y UN PÚBLICO BENEVOLENTE
TOROS EN EL CAMPILLO
| Fotografía de Gilberto Hernández |
|
Siempre acaba uno ignorando al alcalde presidente de turno en los pueblos por aquello de que para una vez que ocupa el palco no hay que hacer del pecado un misal, pero no es hoy día de obviar que frente a tanto taurino obcecado en vender la podrida mercancia de una vuelta al ruedo u oreja de más, el presidente de ayer fue un tipo serio y riguroso en su calidad de aficionado o de al menos de quien quiere impartir justicia.
|
Puso el usia en su sitio a quienes pedía nla vuelta al ruedo del primer manso de la tarde y concedió las orejas que los pañuelos de sus paisanos pidieron. Si eso no es justicia que venga Dios y lo vea. El de El Campillo, aparte de alcalde, es un presidente serio... ˇya podía cundir el ejemplo del palco en general!
Si justo fue el presidente, injustos fueron los toreros con dos novillos muy toreables, muy voluminosos y poco picados. La mezcla junto al poco oficio y decisión de lso dos novilleros, explosiva. Tanto es así que ni el animoso Antonio Castillo, entonado por encima de las condiciones de su primero al que cortó dos orejas apenas encontró argumentos frente al volumen de su segundo al que sin embargo empezó a poderle con sentido en unos doblones por bajo. Después vendría poca cosa desde la que contar el poco angel de una faena sin armazón ni continuidad.
Claro que la peor parte se la llevó un inmaduro -como torero se entiende- Paco Ramos, a quien la mole desasosegante de cuarto le recordó cuan duro es este oficio. Sin terminar de picarse, conservando pujante su poder el novillo se fue adueñando de la situación hasta hacerle pasar a todos un mal rato. Con poca quietud y completamente desabortado, el bicho le envió un tantarantán en el primer encuentro con la espada que casi le manda al tendido. Lo peor para el torero no deben suponerlo los dos avisos recibidos -gajes del oficio- sino la sensación de impotencia que produjo. Lo mejor de Ramos, sin duda ese manjo de veronicas a su primero -de Criado Holgado como todo el encierro- al que cortó una oreja.
Poco que contar de la actuación del rejoneador Javier Cano si no es en la línea de aportar momentos más lucidos de su actuación cuando dejó de emular suertes y galopadas de compañeros figuras del escalafón. Tiene sin embargo una buena cuadra que le acompaña en muchos momentos de la lidia y desde esas invariables ganas del que empieza habrá que avalarle como caballero que pueda decir algo como realmente hizo con las cortas y los pares a dos manos frente al encastado novillo de Torregrande, que además de lucir muchos pies en las cbalgaduras, le propinó una soberana paliza al banderillero Enrique Pacheco quien resultó cogido junto al estribo de la barrera. En la enferemería se le apreció "politraumatismo, torácico y facial con posibles fracturas costales" siendo trasladado al hospital de Riotinto para examen radiológico.
|