27/X/09. Pablo Pineda.
Carácter
El orden y la casta del Campillo derrotan a un Nerva que partía como favorito y que dispuso de claras ocasiones en la primera mitad
   
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Campillo C.F: 2 - Nerva C.F.: 0 |
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Campillo C.F.:Manuel David; Jorge, Dani Pinilla, Ale, Fernando; José Miguel (Raúl), Samuel (Alberto), Jairo, Dani Rachón; Emilio (Tetina) y Javi Vespasiano (Gadea).
Nerva:Antonio, Sergio, Salvi, Pablo Palomares, Javi; Darío, Rubén Cabrera, Ale, Dani; Víctor y Bartolo
Goles:1-0, Samuel (65’). 2-0, Jairo (93’).
árbitro:Quesada Bodín, auxiliado por Márquez García y Márquez Valiente. Amonestó a los locales Dani Pinilla, Jairo y Raúl; y a los visitantes Darío y Rubén Cabrera.
Incidencias:Partido correspondiente a la cuarta jornada del Grupo II de Primera Provincial disputado en el Campo Municipal Francisco Valero Rojas con una buena entrada de público y amplia presencia de aficionados visitantes.
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Cuando el rival parte como favorito, cuando la calidad es superior en el oponente, sólo queda un arma: el carácter, la casta, el orden y la efectividad. Unas cualidades que sobraron el pasado domingo a la escuadra campillera y que le permitieron llevarse el derbi minero ante el Nerva en el Francisco Valero Rojas. Los locales esperaron con paciencia su momento y acertaron. Un golazo de Samuel, apuntillado por Jairo en el descuento, se tradujo en tres nuevos puntos (y van nueve en cuatro partidos) que encaraman al Campillo a la tercera posición del Grupo II de Primera Provincial, con los mismos puntos que el Cerreño (segundo) y a sólo uno del líder, el Medina Arsena de Aracena.
El planteamiento de Arsenio Piñero no dejaba lugar a las dudas. Las instrucciones eran claras. El once del Campillo debía mantener el tipo ante el esperado dominio del Nerva para tratar de salir con velocidad a la contra a raíz de cualquier recuperación del balón (así lo habían ensayado a lo largo de la semana). La colocación de José Miguel en la medular era esclarecedora en este sentido, pues su misión no era otra que secar la creatividad de la principal baza ofensiva de los visitantes, Rubén Cabrera.
No obstante, esto no impidió que los pupilos del que fuera técnico del Campillo, Antonio López Espinosa, no llevaran la manija del envite, al menos, en los primeros 45 minutos. Incluso, dispusieron de manifiestas oportunidades de peligro en las botas de Bartolo y Víctor. El desacierto de los arietes nervenses en una ocasiones, como cuando Víctor, con la portería vacía, no atinó a empujar a la red un pase de la muerte; y la solvencia del meta Manuel David en otras, patente en su respuesta a un duro disparo de Bartolo tras una buena jugada individual, evitaron que el marcador se moviera antes del descanso.
Ahora bien, mayor hubiera sido la herida para los visitantes si, en el descuento, el larguero no repele una vaselina de Emilio después de que el cuero botase en el albero. éste fue el aviso. El Nerva había perdonado en exceso y eso en el fútbol se suele pagar caro. El precio final fue la derrota. Tras el descanso, con la entrada de Raúl, Gadea, Tetina y Alberto en las filas locales, menguó el control forastero. Manuel David apenas tenía que intervenir en el juego. Mientras, el Campillo, muy serio, aguardaba su ocasión. Javi Vespasiano tuvo una, pero el chut lejano con el que buscó la escuadra se incrustó en el lateral externo de la red. Pero Samuel, en el 65’, no perdonó. Un trallazo desde más de 30 metros se coló por el ángulo de la portería sin que Antonio pudiera hacer nada para evitarlo. Era el 1-0 y la afición empezaba a creer en la victoria.
El tanto sentó como un jarro de agua fría a los hombres de Antonio López Espinosa, que se lanzaron a la desesperada a por la igualada con más corazón que cabeza. No fueron capaces de crear. Los campilleros, sin delanteros, superpoblaban el centro del campo con el único objetivo de destruir el juego del contrario. Sólo una falta lateral en la que Pablo Palomares cabeceó un mal remate de Darío llevó el “¡uy!” a la grada. Era el minuto 88. Sin embargo, había tensión, el resultado era incierto. Nada estaba decidido. Hasta que Jairo, en el 93’, culminó un contragolpe iniciado con un pase largo de Tetina.
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